En el mundo empresarial actual, la sostenibilidad no es solo una tendencia pasajera, sino una necesidad imperativa. La creciente presión para abordar problemas ambientales y sociales ha llevado a las empresas a reconsiderar sus estrategias y operaciones. Este cambio no solo es impulsado por la conciencia social, sino también por un marco regulatorio cada vez más estricto, especialmente en Europa.