El aceite de palma, resistente al calor, semisólido a temperatura ambiente, disponible durante todo el año y asequible, es un producto versátil, pero controvertido. Se encuentra en casi uno de cada dos productos de supermercado, como cremas, detergentes, lápices labiales y galletas. Anualmente, se producen aproximadamente 77 millones de toneladas de aceite de palma, el 85% de las cuales provienen del sudeste asiático. Sin embargo, su cultivo plantea importantes desafíos ambientales, especialmente la deforestación a gran escala, a menudo ilegal. Por ello, los productos que contienen aceite de palma están sujetos al Reglamento de Deforestación de la UE (EUDR). Esta normativa exige que las empresas garanticen que sus productos no provengan de áreas deforestadas, promoviendo prácticas de abastecimiento sostenible y trazabilidad. Con su implementación, la UE busca aumentar la transparencia en la producción y limitar la deforestación
La palma aceitera es una planta tropical que prospera en regiones con lluvias abundantes, mucha luz solar y condiciones húmedas. Las mejores áreas de cultivo se encuentran cerca del ecuador, en países de África, América del Sur y el sudeste asiático.
Entre 1970 y 2020, la producción mundial de aceite de palma se multiplicó por 40, pasando de 2 millones a 80 millones de toneladas. Indonesia y Malasia dominan el mercado global, albergando aproximadamente el 70% de las plantaciones mundiales, que cubren alrededor de 19 millones de hectáreas. Estos dos países se centran principalmente en la exportación, mientras que África y América del Sur priorizan el consumo local.
Desafíos de Sostenibilidad en el Sector del Aceite de Palma
A medida que crece la demanda global de aceites vegetales, también aumentan los problemas ecológicos y sociales relacionados con la producción de aceite de palma. La deforestación para dar paso a las plantaciones ha destruido hábitats de especies en peligro, como el orangután de Borneo. Estudios demuestran que d de 1973, se ha perdido más del 30% de las selvas tropicales de Borneo debido a incendios, tala y expansión de plantaciones. Además, las quemas y el drenaje de humedales liberan grandes cantidades de dióxido de carbono, agravando el cambio climático.
La mayoría del aceite de palma se cultiva en monocultivos, que reducen significativamente la biodiversidad, agotan los nutrientes del suelo y desestabilizan los ecosistemas a largo plazo.
A estas preocupaciones ambientales se suman problemas sociales, como violaciones de derechos humanos, malas condiciones laborales y disputas por tierras en algunos países productores. Sin embargo, la producción de aceite de palma constituye una fuente vital—y a menudo única—de ingresos para muchos pequeños agricultores.
El EUDR y el Green Deal: Nuevos Requisitos para las Cadenas de Suministro de Aceite de Palma
El EUDR está alineado con la estrategia global de la Unión Europea para proteger los bosques y mitigar los impactos ambientales derivados de la deforestación, siendo una parte clave del Green Deal de la UE.
La normativa afecta a toda la cadena de suministro, desde el cultivo de palma aceitera hasta los productos finales disponibles en los supermercados. Según el EUDR, todos los productos que contengan aceite de palma y que se comercialicen en el mercado europeo deben demostrar que están libres de deforestación. Esto significa que, a partir del 31 de diciembre de 2020, no se permite que los materiales provengan de terrenos donde se hayan desmontado bosques o convertido en monocultivos. Además, el EUDR garantiza el cumplimiento de estándares sociales, como la prohibición del trabajo infantil, la mejora de las condiciones laborales y el pago de salarios adecuados a lo largo de toda la cadena de valor.
Las empresas que comercian con aceite de palma o productos que lo contienen deben documentar estos aspectos y elaborar un informe de diligencia debida. Un componente crítico de la declaración de cumplimiento es el análisis de riesgos, que incluye evaluar la deforestación y posibles violaciones sociales mediante datos de los proveedores y análisis geoespaciales de las áreas de cultivo. La cantidad de datos que debe recopilarse y evaluarse hace que esta tarea sea prácticamente inviable sin herramientas digitales.
Un Recurso Versátil: El Aceite de Palma en Alimentos, Bienes de Consumo y Bioenergía
Aproximadamente el 75% del aceite de palma se utiliza directa o indirectamente en la producción de alimentos, encontrándose en productos como margarinas, chocolates, pizzas, panes, aceites de cocina y carnes procesadas. Las empresas de estas industrias, así como las que producen alimentos para animales (otro producto regulado por el EUDR), deben cumplir con la normativa.
En los sectores industriales y de bienes de consumo, el aceite de palma se emplea en jabones, detergentes, cosméticos y productos de limpieza, además de ser un ingrediente de líquidos para cigarrillos electrónicos, plásticos, pinturas y recubrimientos.
En el sector energético, alrededor del 65% del aceite de palma importado por la UE se destina a la bioenergía, incluyendo biocombustibles para transporte, electricidad y generación de calor.
El Futuro de la Producción de Aceite de Palma y el Desarrollo Sostenible
Además de mejorar la producción, el consumo consciente de aceite de palma está ganando relevancia. Reducir su uso en dulces, alimentos procesados y productos cárnicos podría contribuir significativamente a la sostenibilidad.
Un sector de aceite de palma más sostenible es posible mediante métodos de cultivo más eficientes y un uso responsable del suelo. Lograr mayores rendimientos y seleccionar áreas de cultivo adecuadas son enfoques clave para esta transformación.
Apoyo Eficiente con la Solución osapiens HUB forEUDR
El EUDR plantea importantes desafíos para las empresas que trabajan con aceite de palma y otras materias primas. Para evitar que el aceite de palma con riesgos de deforestación entre en el mercado europeo, las empresas deben realizar análisis de riesgos exhaustivos y lograr una trazabilidad completa en sus cadenas de suministro. Estas tareas son prácticamente imposibles sin herramientas digitales, y aquí es donde entra en juego el osapiens HUB for EUDR.
Esta solución osapiens HUB for EUDR, basada en la nube, proporciona un potente conjunto de herramientas que simplifican el cumplimiento normativo. Utilizando métodos basados en inteligencia artificial, la plataforma reduce drásticamente el esfuerzo manual necesario para los análisis de riesgos y su gestión. Los datos de los proveedores y las imágenes satelitales se recopilan de manera centralizada y se evalúan automáticamente, facilitando una trazabilidad más rápida y eficiente de la cadena de suministro.
Más allá de ser una plataforma, el osapiens HUB es una herramienta integral para abordar los desafíos del EUDR y otras regulaciones ESG. Su diseño modular permite la gestión eficiente y centralizada de los diversos requisitos normativos. La capacidad de integrar datos entre módulos maximiza las sinergias y ofrece un valor real a las empresas, logrando que el cumplimiento del EUDR sea más sencillo y sostenible.
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