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Di Liao
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Muchas empresas en toda Europa ya han dado pasos importantes para prepararse para el CSRD, CSDDD, CBAM y la Taxonomía de la UE. Se han recopilado datos de proveedores, están en marcha evaluaciones de doble materialidad y se han establecido procesos de gestión de riesgos. Con los plazos acercándose, estos esfuerzos reflejan un compromiso serio con la transformación que exige un crecimiento sostenible: garantizar la transparencia, reforzar la resiliencia de la cadena de suministro y reducir los riesgos.
Luego llegó el Paquete Omnibus de la Comisión Europea, una propuesta sobre regulaciones de sostenibilidad y simplificación de inversiones, seguida unas semanas después por la adopción formal de la directiva “Stop-the-Clock”. Desde entonces, una pregunta domina las conversaciones:
¿Significa esto que las empresas deberían frenar o incluso pausar sus esfuerzos?
Este artículo aclara la situación.
En resumen: aunque algunos plazos se han modificado, el marco regulatorio general sigue vigente. Quienes han actuado con antelación no han perdido el tiempo: han establecido las bases para procesos más sólidos, una mejor gestión de datos y mayor resiliencia.
Aquellos que siguen invirtiendo en las capacidades necesarias para un crecimiento sostenible —como cadenas de suministro transparentes, evaluaciones de riesgos fiables y reporting robusto— estarán mejor posicionados para navegar la incertidumbre, cumplir con las expectativas de las partes interesadas y aprovechar ventajas competitivas.
¿Qué es el Paquete Omnibus?
El Paquete Omnibus, presentado por la Comisión Europea el 26 de febrero de 2025, forma parte de un plan más amplio para simplificar las normativas de la UE y reducir las cargas administrativas.
El objetivo: facilitar que las empresas, especialmente las pymes, se centren en lo que realmente genera impacto, sin perderse en la complejidad.
El paquete se divide en dos partes:
- Omnibus I se centra en ajustar las normativas corporativas de sostenibilidad, incluyendo el CSRD, CSDDD, la Taxonomía de la UE y CBAM. Incluye propuestas para simplificar las obligaciones de reporting, ajustar umbrales y optimizar el alcance de estas normativas.
- Omnibus II tiene como objetivo simplificar los programas de inversión de la UE como InvestEU, mejorando el acceso a la financiación y reduciendo la burocracia.
Lo que hace tan importante al Paquete Omnibus es que no busca renegociar los objetivos fundamentales de estas leyes, sino hacer su implementación más práctica y menos pesada, sin perder de vista los objetivos climáticos y sociales de Europa.
What Has Been Decided: The Stop-the-Clock Mechanism
La directiva Stop-the-Clock es la primera parte del Paquete Omnibus I que se convierte en ley. Fue adoptada formalmente el 14 de abril de 2025 y publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea el 16 de abril de 2025.
La directiva aplaza ciertas obligaciones de reporting, dando a las empresas más tiempo para prepararse.
Regulación | Calendario Original | Nuevo Calendario | Qué ha cambiado |
CSRD (grandes empresas no sujetas a NFRD) | Año fiscal 2025 → publicar en 2026 | Año fiscal 2027 → publicar en 2028 | Retraso de dos años en el primer informe de grandes empresas |
CSRD (pyme cotizadas) | Año fiscal 2026 → publicar en 2027 | Año fiscal 2028 → publicar en 2029 | Retraso de dos años en el primer informe de pymes cotizadas |
CSDDD (empresas >5.000 empleados + 1,5 mil millones € de facturación) | Las obligaciones comienzan el 26 de julio de 2027 | Las obligaciones comienzan el 26 de julio de 2028 | Retraso de un año en las obligaciones de diligencia debida para las empresas más grandes (sin retraso para las empresas que originalmente entraban en el ámbito a partir del 26 de julio de 2028 o 2029) |
Este mecanismo fue diseñado para aportar seguridad jurídica y un margen de maniobra — en particular para las empresas que habían señalado desafíos operativos para cumplir los plazos originales.
Lo que sigue siendo una propuesta: El resto del Omnibus I
Las demás propuestas dentro del paquete Omnibus I siguen en negociación y aún no han sido adoptadas. Estas incluyen:
Ajustes en el alcance de la CSRD
- Propuesta para elevar el umbral de reporting a 1.000 empleados
- Introducción de estándares voluntarios de reporting para empresas que no están en el ámbito de la CSRD, basados en los Estándares Voluntarios de Sostenibilidad para PYMEs (VSME)
Modificaciones en la CSDDD
- Posibilidad de intervalos de reevaluación más largos (por ejemplo, cada cinco años en lugar de anualmente)
- Requisitos de solicitud de datos reducidos para las PYMEs dentro de la cadena de suministro
Simplificación de la Taxonomía de la UE y del CBAM
- Umbral de materialidad del 10% para las divulgaciones de alineación con la Taxonomía
- Reporting parcial de alineación como opción voluntaria
- Presentación de informes CBAM simplificada para volúmenes de importación menores
Estos cambios podrían ofrecer un alivio bienvenido, pero hasta que se aprueben formalmente en el proceso legislativo, los marcos y obligaciones actuales siguen en vigor.
Las inversiones tempranas no se han desperdiciado
Un debate clave en torno al paquete Omnibus es el temor de que los esfuerzos en sostenibilidad —especialmente las inversiones realizadas en preparación para la CSRD, la CSDDD y la Taxonomía— podrían perder valor o volverse innecesarios si cambia el alcance de estas leyes.
Esta preocupación ha sido expresada por muchas empresas y asociaciones industriales en toda Europa. Su mensaje: las empresas necesitan certeza regulatoria para mantener el impulso y justificar las inversiones significativas ya realizadas.
La Comisión Europea ha dejado claro que el Paquete Omnibus no pretende renegociar las leyes principales. Su objetivo es reducir cargas innecesarias, sin comprometer la integridad ni el propósito de las normativas originales. En particular, la revisión prevista de los ESRS a través de un acto delegado tiene como propósito garantizar que el trabajo de preparación realizado hasta ahora siga siendo compatible y valioso.
Qué deberían hacer las empresas ahora
A pesar de los plazos ampliados, las empresas no deberían paralizar sus esfuerzos de cumplimiento. Los fundamentos de los negocios sostenibles siguen sin cambios, y quienes continúen en su camino evitarán riesgos y seguirán siendo competitivos.
1. Mantener el rumbo hacia la transformación sostenible
Continuar con el mapeo de riesgos, la transparencia en la cadena de suministro y las evaluaciones basadas en datos. Estas capacidades no solo son exigencias normativas —también respaldan la creación de valor a largo plazo, la resiliencia y la confianza.
2. Mantener la preparación para el reporting
Hasta que los cambios sean plenamente adoptados, las obligaciones actuales de reporting siguen aplicando. Pausar ahora podría generar fases costosas de recuperación, riesgos de incumplimiento o expectativas no cumplidas de los stakeholders.
3. Monitorizar los avances — pero con estabilidad
Seguir de cerca los debates sobre el paquete Omnibus, pero construir la infraestructura de compliance basándose en la legislación vigente. Se podrán hacer ajustes más adelante, pero empezar de cero sería mucho más complejo.
4. Usar la transparencia como una palanca estratégica
Incluso cuando el reporting es voluntario, unos informes de sostenibilidad sólidos pueden mejorar el posicionamiento con inversores, clientes y partners. Y esto no va solo de compliance: va de credibilidad.
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Aviso: Este artículo tiene únicamente fines informativos y no constituye asesoramiento legal. Consulta con profesionales jurídicos para obtener orientación específica sobre tus obligaciones de cumplimiento.
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